viernes, 8 de agosto de 2014

EL BULLYING: MITO O REALIDAD.


En los últimos años el bullying ha cobrado importancia y relevancia como un fenómeno que debe de ser prevenido, esto se debe a la gran cantidad de tragedias que se han dado como consecuencia de estos. Sin embargo aunque existen gran cantidad de campañas preventivas y hay muchísima información que ha podido ser llevada a los espacios educativos para ponerse en prácticas, este fenómeno sigue creciendo de manera alarmante.

EL BULLYNG o acoso escolar es cualquier tipo de maltrato psicológico y físico perpetrado por un acosador o acosadores hacia una víctima determinada, comúnmente esta situación se da en un medio educativo formal aunque también se puede dar en medios educativos informales, permanentes o semipermanentes. Actualmente este tipo de acoso psicológico se ha traspasado a los medios laborales, posteriormente en otra publicación hablaremos de manera extensa de este fenómeno.


En nuestra sociedad la violencia como fenómeno sociológico se ha normalizado, los medios masivos de comunicación exponen la violencia física, psicológica y sexual de una manera común y accesible a cualquier persona, si bien los mensajes no son directos existen una gran cantidad de situaciones expuestas en estos medios que exaltan distintos tipos de violencia; también se han incrementado las tasas de violencia doméstica en nuestro país de manera alarmante y las denuncias no son equiparables a la gran cantidad de casos de violencia que se están dando actualmente; por lo cual vivimos una situación en la cual la violencia está presente, insertada en nuestra sociedad como un fenómeno común y presente.

El entorno escolar es un medio en el que un niño o adolescente pasa no solo gran parte de las horas de su día también es el entorno escolar donde se dan experiencias importantes y trascendentales en la vida de todo niño y adolescente como :las primeras amistades, primeros noviazgos, primeros retos y metas a nivel personal.

Por lo tanto el entorno escolar es un medio donde se desarrollan gran cantidad de situaciones que pueden afectar o reforzar la autoestima, seguridad y autoimagen de un niño.

 Por desgracia los programas educativos actuales han descuidado la formación ética de los alumnos, temas como tolerancia, respeto, empatía y trabajo en equipo han sido dejados a un lado, puesto se prioriza la formación académica como único medio para alcanzar un aprendizaje optimo y un desarrollo personal. Es importante aclarar esto ya que aunque la formación académica formal es primordial e importante para todo individuo y es la razón por la que un niño entra a un ingreso escolar; el desarrollo emocional y de habilidades sociales positivas en un individuo hace una gran diferencia en sus posteriores años de vida adulta. Un medio escolar de respeto, tolerancia, empatía y trabajo en equipo ayuda de manera importante para evitar fenómenos tan desafortunados como el bullying.

Aunque parezca increíble, tanto la víctima como el acosador tienen características psicológicas similares: la inseguridad, baja autoestima, autoimagen y en algunos casos provenir de hogares donde la violencia doméstica es algo común y constante potencializan ambos perfiles.
Dentro del perfil del acosador existe una baja tolerancia a la frustración, además de habilidades sociales escasas para establecer una comunicación sin violencia con sus pares, comúnmente pueden tener un pensamiento prejuicioso producto quizás de una educación, rígida, restrictiva, aparentemente demasiado libre o nula.

Los acosadores pueden creer que se encuentran en una posición de liderazgo cuando en realidad se encuentran en una posición de poder; una posición de poder más llevada por el miedo o temor, esta obsesión por manejar el poder como medio de coerción o control ante sus pares es producto de su incapacidad de poder manejar alguna situación familiar o personal que los afecta enormemente.

 En contraparte el perfil de la víctima también está provisto de problemas de inseguridad y autoestima, también sus habilidades sociales pueden ser escasas, y se encuentran bajo un tipo de vulnerabilidad que es notoria para el acosador, no en todos los casos puede ser igual pero algún problema físico, “defecto” ante los demás o cualquier otra característica física pueden ser factores que provean de vulnerabilidad a la víctima.

 En algunos casos también el simple hecho de destacar académicamente o encontrarse en una ventaja con respecto a sus compañeros puede ser motivo de acoso escolar.

 Un entorno poco tolerante, hostil, restrictivo o demasiado permisivo puede ser fértil para poder potenciar este fenómeno; si bien los docentes no tienen entera responsabilidad en esto ,son los primeros en encontrar focos de alerta cuando se presenta alguna situación de este tipo, aunque el acoso escolar sea notablemente encubierto.

Muchas veces el acoso escolar avanza a niveles inimaginables por que las autoridades docentes no toman cartas ante el asunto, en este caso son el primer contacto entre el acosador y la víctima y su manera de manejar la situación puede hacer una diferencia notable.

Por otro lado el medio familiar también puede jugar un papel importante en este fenómeno, este se debe a que un entorno familiar de confianza, respeto, amor y comunicación puede detectar algún síntoma de acoso escolar por muy pequeño que sea, ya sea que uno de los miembros de la familia sea la víctima o el victimario, por el contrario un entorno familiar hostil, violento y restrictivo puede potenciar a un acosador y vulnerar a una víctima de gran manera.

La pieza clave para poder fomentar el bullying es la autoestima, una autoestima positiva puede hacer la diferencia, y es que la autoestima no se potencializa de un momento a otro, después de los primeros años de infancia se debe de proveer al niño de herramientas que le permitan amarse, valorarse y respetarse a sí mismo así como a los demás.
Un niño que ve todos los días una situación de violencia y agresión en sus entorno familiar aprenderá que la única manera de comunicarse es esta, igualmente un niño que sistemáticamente es agredido, violentado y maltratado desde pequeño desarrollara un poco capacidad para amarse a sí mismo y a los otros, además de pensar en la violencia como algo normalizado, haciéndose merecedor de recibir violencia o darla.


 Es importante entender que las secuelas de bullying se traslapa a la vida adulta y en muchos casos que afortunadamente no terminan en tragedia ,el adulto que en su vida adolescente se sufrió bullying o que lo perpetro sufre de problemas de baja autoestima, depresión, problemas emocionales que pueden conducir a trastornos psiquiátricos, depresiones severas e incluso intentos de suicidios.

Además de que sus relaciones e interacciones sociales sufren un profundo cambio, estableciendo relaciones donde impera, la violencia, inseguridad, desconfianza y dependencia emocional.
 Estamos ante un fenómeno que no es nuevo y que aumenta de manera alarmante cada día, estamos a tiempo de prevenirlo, es importante crear entornos familiares de respeto, amor, tolerancia, empatía y comunicación, formemos seres humanos libres y felices.

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