En nuestra vida cotidiana es común saber o experimentar relaciones de pareja que no acabaron de la mejor manera o quizás no resultaron como nosotros lo esperábamos, provocando rupturas dolorosas que en algunas ocasiones se superan rápidamente pero en otras resulta complicado y lento superar, de ahí viene el echo que conceptualizamos al amor de pareja como algo doloroso y triste y surjan miedos e inseguridades en nuestras siguientes relaciones.
En las últimas décadas se ha incrementado las cifras de divorcios y separaciones conyugales, a la par la infidelidad ya no es un fenómeno poco común en las relaciones de pareja, en consecuencia la terapia de pareja ha sido tomada como una opción viable para resolver los conflictos que aquejan a las parejas actuales.
Sin embargo aunque el interés de algunas parejas por asistir a terapia y otro tipo de ayudas e intervenciones ha aumentado también como contraparte negativa se han incrementado los casos de violencia doméstica en parejas de todas las edades, estado civil y estratos socioeconómicos.
El amor se ha tornado en algo dañino, doloroso y tóxico para muchos. Los terapeutas de pareja nos encontramos ante la difícil tarea de poder llevar a las parejas hacia un camino más sano y positivo. Sin embargo nos encontramos diferentes obstáculos ante la tarea que tenemos, entre ellos la resistencia de ambos o de algún miembro de la pareja a derribar las barreras ideológicas y culturales que se nos han inculcado desde la infancia acerca del amor y las relaciones de pareja.
¿En qué momento y dónde se originan estas barreras ideológicas respecto al amor? Todos los seres humanos en varios momentos de nuestra vida constituimos relaciones de pareja, es propio de nuestra naturaleza como seres humanos constituir lazos afectivos con otros seres humanos, de quienes nos sentimos atraídos y conectados aunque a nivel biológico tiene fines reproductivos, es parte del ser humano sentir atracción hacia la belleza humana, tener y producir en otros seres humanos sensaciones agradables y poder conectarnos a nivel emocional y mental con otro ser humano.
Esto es propio de nuestra naturaleza como humanos; desde que
nacemos empezamos a construir lazos afectivos con quienes nos rodean, los lazos
paternales son los primeros lazos que logramos construir, esto se debe a la
propia naturaleza biológica y el instinto de sobrevivencia que todo SER humano
tiene ,por lo tanto establecemos nuestras primeras interacciones con otros
seres humanos ,nuestra primera experiencia o acercamiento con otros seres
humanos con los que empatizamos, estas primeras relaciones nos permiten poder
establecer otro tipo de relaciones con otros seres humanos posteriormente.
Ya entrando en la pubertad empezamos a establecer nuestras
primeras relaciones de tipo romántico ,el antecedente de estas primeras son
relaciones de tipo paternal y de amistad ,estas serán nuestro modelo, en ellas
hemos ensayado una y otra vez los diferentes tipos de interacción humana , aun
así nos aventuramos a un terreno desconocido para nosotros: nuestras primeras
relaciones de pareja.
Nuestras primeras relaciones de pareja son un terreno
desconocido para nosotros, por lo tanto SE apoyan en distintas fuentes de
información para poder actuar de manera de manera “funcional” para nosotros,
las relaciones de pareja de nuestros padres no solo son una gran fuente de
información sobre como interaccionar en una relación, en algunos casos es el
modelo prototipo o ideal de lo que queremos o deseamos en una relación de
pareja. También las ideas preconcebidas sobre las relaciones de pareja en el
entorno en que nos desarrollamos juega un papel muy importante.
En conclusión, nuestras primeras relaciones de pareja se van
construyendo con lo que vemos apropiado, correcto o normal en otras relaciones
de pareja, sin embargo esto no quiere decir que estas interacciones que vemos
en las distintas relaciones de pareja sea lo más sano o positivo.
A lo largo de nuestra vida, pasamos por distintas relaciones
de pareja donde la duración, el tipo de interacción o la propia naturaleza de
relación es distinta, algunas relaciones son más o pueden ser menos estables y
las huellas emocionales que dejan en cada uno de nosotros se arrastra a la
siguiente relación de pareja que establezcamos.
Aunque parezca mentira los medios de comunicación masivos
juegan un papel muy importante en como moldeamos nuestras relaciones sociales y
nuestra vida cotidiana, aunque nuestras primeras relaciones paternales y
fraternales son determinantes en nuestra percepción del amor y las relaciones
de pareja, los medios de comunicación nos proveen de distintas tipos de
interacciones en las relaciones de pareja que pueden ser consideradas
“aceptadas” o “normales”; un ejemplo es el concepto del amor romántico, este ha
sido uno de los conceptos más difundidos , aceptados y rentables para los
medios de comunicación, las películas, libros y revistas a las que podemos
acceder exaltan este modelo como el único y más aceptado concepto de lo que
significa e implica el amor de pareja; nosotros como seres humanos también nos
sentimos cómodos con este concepto, quizás porque en las primeras etapas de
enamoramiento tenemos sentimientos parecidos al amor romántico.
Sin embargo las relaciones de pareja tienden a durar más
allá de la etapa de enamoramiento propia de cada relación, los retos y
expectativas van surgiendo con el tiempo, el cambio es inminente, una relación
de pareja no es y nunca será estática y se transforma a la par de nosotros
mismos, sin embargo la manera de superarlos están sumamente relacionados con
nuestras creencias sobre el amor, las relaciones de pareja y las formas de
interacción que nosotros creemos correcta.
El amor romántico a pesar de ser rentable y ampliamente
difundido en nuestra sociedad, tiene varias limitantes y está alejado de la
complejidad propia de las relaciones sociales que establecemos con otros seres
humanos sobre todo las relaciones de pareja. Los conceptos patriarcales que de
alguna u otra manera sigue insertados en una sociedad como la nuestra ,origina
que varios comportamientos o acciones más apegados a estos conceptos sean
“normalizados” para la mayoría de nosotros ,esto se debe a que crecimos viendo
relaciones en las cuales estos comportamientos eran fundamentales en su
mecanismos de interacción y ”funcionamiento” como pareja .
Hablar sobre estos comportamientos íntimamente relacionados
con nuestra sociedad patriarcal seria amplio, sin embargo cuando llegan
pacientes a consulta solicitando terapia de pareja, caemos en la cuenta de que
no importa cuál sea el conflicto, siempre es originado por los conceptos
equivocados que tenemos respecto al amor, las relaciones de pareja y el papel
de cada uno de los miembros que constituyen una pareja con lazos afectivos
íntimos.
Podría asegurar que uno de los conceptos que trabajamos
inmediatamente en la terapia de pareja es la comunicación, un componente
importante y conocido por las relaciones de pareja pero pocas veces puesto en
marcha, una comunicación abierta y flexible puede llevar a una pareja a superar
cualquier obstáculo en el que se encuentren y superar crisis importantes dentro
del ciclo vital de la pareja.
La comunicación es de los pocos aspectos que a nivel pareja trabajamos,
por una parte creemos que en la relación de pareja este aspecto está implícito,
además de que aprender a desnudarnos Y explorar cada capa a nivel emocional
ante la pareja es demasiado abrumador para alguna persona. Yo comparo este
proceso a una cebolla a la cual se le quita cada una de sus capas hasta
descubrir el interior.
Como la comunicación ,hay muchos aspectos en la relación de
pareja que es difícil pero no imposible trabajar, quizás el mayor temor de una
pareja en psicoterapia es darse cuenta que establecer una relación con otra persona
no es fácil y que es imposible tener una relación de pareja donde los
desacuerdos, los buenos o malos momentos e incluso el distanciamiento no estén
presentes, nuestro concepto del amor romántico que todo lo puede sin mover un
dedo o hacer un cambio determinante nos ha autoengañado, hacer a un lado
nuestro ego o poder comunicar nuestros temores e inseguridades a la persona que
amamos es fundamental para poder avanzar y tener niveles de conexión con
nuestra pareja.
Establecer relaciones sanas de pareja es poder cuestionar
todos esos conceptos con los que crecimos, poder construir conceptos nuevos con
el respeto hacia el otro como premisa y poder entender su propia naturaleza
imperfecta propia de un ser humano que se encuentra en un proceso de aprendizaje,
así como aceptar nuestras imperfecciones como parte integral de nosotros como
seres humanos.
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