martes, 23 de junio de 2015

TANATOLOGÍA Y RESILIENCIA. UNA NUEVA PERSPECTIVA PARA LIDIAR CON LA ENFERMEDAD Y LA PÉRDIDA.

“Todo fluye,
todo cambia,
 todo nace y muere,
 nada permanece,
 todo se diluye;
 lo que tiene principio tiene fin,
 lo nacido muere,
y lo compuesto se descompone”

Siddharta Gautama Buda

Antes de iniciar con el tema es importante aclarar ¿Qué es la resiliencia?, es un concepto que aunque en la actualidad se maneja, no todos conocen a profundidad a que nos referimos cuando hablamos de ello, o cuando hablamos acerca de las personas resilientes y aunque sea difícil de creer realmente tiene que ver con lo que muchas personas desarrollan día a día sin darse cuenta; Del latín Resilio que significa saltar hacia atrás, rebotar, volver atrás; es un término que comúnmente se usa en física y lo retoma la psicología, ya que en física resiliencia se usa para describir la capacidad que tiene un material de recobrar su forma original después de haber sido sometido a altas presiones, aunque no es un término reconocido por la Real Academia de la Lengua, si ha sido un término que ha sido empleado en diversas disciplinas como la ecología, la ingeniería, el derecho, la psicología en este caso  lo define como la capacidad de las personas o grupos a sobreponerse al dolor psicoafectivo, y así mismo a su aptitud para continuar con su vida ante situaciones adversas, implica un proceso dinámico en el cual la persona se sobrepone y se reconstruye a partir del proceso critico o traumático; Al referirnos a una persona resiliente, no es que este exenta de sentir dolor, malestar, tristeza, angustia o dificultad ante la adversidad, implica más que el hecho de recuperarse de la situación adversa, conllevando un crecimiento hacia algo diferente, no se puede volver al mismo estado consiste en dar un salto más delante de lo que éramos antes de la crisis o pérdida; es por esto que desde mi punto de vista, la resiliencia nos invita a ver desde otro punto de vista aquello que sentimos que nos afecta, nos duele, nos lastima, tomando tal vez esto como una pauta para crecer en todos los niveles de la vida, es como diría aquella frase “resurgir de las cenizas como el ave fénix”.

Tomaremos la resiliencia para dos casos en específico la enfermedad y la pérdida.

En el caso de la enfermedad como lo he dicho anteriormente, el tanatólogo puede ser de gran ayuda ya que será un acompañante importante durante todo este largo camino, en el cual la finalidad es que la persona viva y sienta estos últimos días, para lograr lo que se denomina “el buen morir” pero ¿Cómo relacionamos esto con la resiliencia?, El tanatólogo en este caso además de ayudar a sobrellevar la enfermedad como tal,  puede mostrarnos como podemos hacer, para resurgir aun ante esta situación adversa, es como alguna vez me dijeron durante la enfermedad tienes dos caminos “Aprendes a vivir con la enfermedad” o “Vives enfermo”, cuando recién se da un diagnóstico de esta magnitud es normal que la persona se sienta incomoda, triste, vaya que lleve su proceso de duelo, pero cuando ya ha aceptado esta  condición puede hacer algo más para que esto sirva como ejemplo para otras personas, he ahí donde el tanatólogo puede guiarnos, cuando me refiero a vivir con la enfermedad es porque existen personas que aun enfermas no dejan de realizar sus actividades cotidianas o de sentir ganas de aprender cosas nuevas, esto sirve como aliciente ya que puede ayudar a que la persona se sienta totalmente capaz de luchar y vencer a la enfermedad aun con todos los pronósticos, aunque también en este sentido la persona puede ayudar a otras personas, compartiendo sus experiencias, haciendo nuevos amigos, tomando una actitud positiva ante esta situación dolorosa lo cual ayudara que aquello negativo que se sintió al principio ahora se transforme en un sentimiento tal vez de superación, donde la persona sienta que ha encontrado una misión en la vida, un objetivo al cual alcanzar; el vivir enfermo se resume fácilmente en dejar que la enfermedad te consuma y se apodere de ti sin que tu siquiera hagas algo para defenderte de la misma,  es aceptable de igual manera; Como tú quieras manejar o enfrentar la enfermedad está en tus manos, pero recuerda que siempre ayuda más una buena actitud, no te des por vencido tan fácilmente tu eres capaz de lograr todo aquello que te propongas y si hoy te sientes derrotado ten por seguro que si sigues luchando poco a poco sentirás como empiezas a resurgir y tomas nuevas energías. Un apoyo importante aquí también será la familia y el medio social de la persona,  ya que mientras más  se motive las actitudes positivas la persona se sentirá más capaz de hacer cosas y tomar a la enfermedad como dirían “por los cuernos”, se sentirá valiente, amado, aceptado, apoyado, fuerte parte de la resiliencia, de igual forma se contagiara a la familia/amigos y entre todos podrán vivir con la enfermedad, haciendo frente a la adversidad.

En el caso de la pérdida, el tanatólogo como ya lo he mencionado nos ayudara a llevar a cabo nuestro duelo de una forma adecuada, cuando esto ha sucedido o durante el proceso es que llega un momento en el que nosotros mismos sentimos la necesidad de salir adelante, hacer cosas nuevas, conocer gente nueva, cuando llegamos a este punto es cuando realmente estamos listos para resurgir a la vida, muchas veces dependerá de cómo perdimos al ser amado para la forma en que ahora decidamos enfrentar la vida, porque muchas veces esto motivara para hacer cambios o acciones para vivir mejor, pero no solo nosotros muchas veces esto viene acompañado con la motivación para hacer algo en pro de aquellas personas que se encuentran afrontando lo mismo que en su momento nuestro ser amado vivió, es aquí donde muchas personas parecen encontrar su misión de vida que es apoyando y ayudando a dichas personas, compartiendo sus vivencias a las familias, para que se concienticen acerca de lo importante que resulta para el enfermo el que siempre se esté a su lado, en este caso el tanatólogo así como ha guiado el proceso de duelo ahora nos ayudara y orientara para este nuevo camino aunque claro llegara un momento en el que tendremos que hacerlo solos, bueno no tanto porque al igual que con el enfermo el apoyo emocional de la familia, amigos ayudara mucho para que la persona se sienta motivada a realizar lo que se ha propuesto, llegar a esto cuesta a veces mucho trabajo porque la perdida duele demasiado pero no es imposible llegar a este punto, donde otra vez la persona se siente con ganas de vivir y afrontar la vida, es importante resaltar que siempre la perdida vendrá acompañada de un crecimiento en todos los aspectos de la persona, es por esto que es común ver que mucha gente cambie su perspectiva de la vida y la muerte después de una pérdida, además de que se perciba como alguien fuerte y capaz.

A manera de conclusión la capacidad de ser resiliente está en todos, solo que algunos les cuesta trabajo admitir que son capaces de salir abantes ante las situaciones complejas y dolorosas de la vida, pero siempre que se tenga el apoyo adecuado es que se descubren estas cualidades que nos ayudan a salir adelante, ser mejores personas y afrontar mejor la vida. 


Se recomienda leer:
Resiliencia, Gestión del Naufragio. Pilar Gómez- Acebo, Carlos Mur de Viu, Concepción Bravo, Irene Navarro Álvarez, Editorial LID, 2013

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