jueves, 11 de junio de 2015

TANATOLOGÍA Y SUICIDO. ¿CÓMO PUEDE AYUDARNOS UN TANATÓLOGO ANTE UNA PÉRDIDA TAN INESPERADA?

“El suicidio lejos de negar la voluntad, la afirma enérgicamente. Pues la negación no consiste en aborrecer el dolor, sino de los goces de la vida. El suicida ama la vida; Lo único que pasa es que no acepta las condiciones en que se le ofrece.”
Arthur Schopenhauer

El suicidio en años recientes parece haber tomado una relevancia importante para la sociedad mexicana, ya que se han ido incrementado considerablemente, hasta el punto de que actualmente podemos hablar que es la segunda causa de muerte en nuestro país, el INEGI calcula que ha existido un incremento de 1990 a 2012 de un 114%; Este fenómeno afecta a hombres y mujeres de todas las edades pero principalmente a adolescentes contemplados en edades que van de los 15 a los 19 años; Podríamos traducir que este incremento se ha debido a que desafortunadamente parece que día a día surgen nuevas circunstancias que parecen llevar a tomar esta decisión entre los motivos que pueden encontrarse, van desde las enfermedades mentales, diagnósticos de enfermedades crónicas, problemas sociales, muerte de un ser querido entre otros, aunque es de destacarse que ahora estas ideaciones no solo son de adolescentes o adultos exclusivamente sino que hoy en día se ha vuelto común escuchar de niños que tienen pensamientos o comportamientos suicidas, intentos de suicidio o bien han logrado consumarlo; Un dato importante en América Latina las tres principales causas de suicidio son las enfermedades incapacitantes (se incluyen las crónicas y terminales y también la discapacidad total o parcial por accidentes), las decepciones amorosas y los problemas financieros; las formas de suicidio más común son el ahorcamiento, envenenamiento, la precipitación y la muerte por arma de fuego; Es por ello que parece importante ponerles mucha atención a las personas que nos rodean ya que todos somos suicidas en potencia, solo que para algunos las circunstancias que los rodean los afectan de tal manera que los llevan a tomar esta decisión; Es un tema demasiado complejo ya que parece que aún se maneja como un tabú, porque muchas personas prefieren negar que existe este problema cuando en realidad lo que podemos hacer para prevenir o ayudar a las familias que ya han vivido esto, se encuentra en nuestras manos.

Antes de abordar a fondo el papel del tanatólogo parece de vital importancia tocar 3 puntos:

I.             MEDIDAS INMEDIATAS.
Si nosotros llegamos a detectar a un posible suicida, ya sea familiar, amigo, vecino, compañero, lejos de tratar de “convencerlo” u “orientarlo acerca de lo que está pensando, puede que lleguemos a potenciar más su intención de hacerlo es por ello que se recomienda resguardar primordialmente y ante todo su INTEGRIDAD FISICA, dando aviso a las personas cercanas para que puedan estar al pendiente y señalar que en estos casos  NUNCA SE DEBE DEJAR SOLO/A, a la persona aun en contra de su propia voluntad debido a que corren riesgo de realizar acciones que lo perjudiquen, tomadas estas medidas es que hemos de solicitar la ayuda de un psicólogo o en casos que lo requieran de un psiquiatra.

Las ideaciones suicidas pueden venir acompañadas de algunas acciones en las que la persona se haga daño, lo cual en este caso podríamos tomar como un foco de atención para estar más al pendiente de la persona en cuestión;  sin embargo debemos aclarar que en algunos casos como podrían ser pacientes psiquiátricos o que estén asistiendo a terapia psicológica, aunque mencionen esto,  no han hecho nada que los afecte o bien lo toman como una forma efectiva de llamar la atención de las personas que les rodean.

II.            PREVENCIÓN DEL SUICIDIO
Parte para la prevención del suicidio, es brindar una  educación emocional adecuada y la concientización social; Los factores de riesgo pueden ser varios entre ellos, cutting, bullying, moobing, racismo, discriminación sexual, de género, necesidades especiales, adicciones, violencia familiar, exigencias laborales, problemas económicos, decepción amorosa y enfermedad terminal.

La mejor manera de prevenir, es sin duda la observación directa de la familia, pero ¿Cuáles son las características o perfil del suicida?

Se encuentra en un estado profundo de tristeza, desesperanza, ansiedad, por lo regular es común que expresen en algún momento su deseo de morir, ha buscado más de una forma de hacerse daño (medicándose, utilizando algún objeto punzocortante, arma de fuego o de alguna otra manera), siente furia, enojo, ha actuado de forma impulsiva o se involucra en actividades peligrosas, aumentan el consumo de sustancias (Alcohol, Drogas), se aísla poco a poco de familia, amistades, actividades…, puede que tenga problemas para dormir (Insomnio) o que duerma demasiado, a veces experimentan cambios bruscos de ánimo o comportamiento, sienten que han perdido la razón para vivir, ha empezado a regalar sus cosas o a despedirse de las personas que le rodean; Estas son solo algunas de las características que podemos notar en la persona suicida.

Si tememos por la integridad de algún familiar ¿Cómo ayudarlo? Psicoterapia, Talleres o involucrándolo en actividades que le resulten interesantes como podría ser deporte, artes, baile, ejercicio, meditación, invitarlo a experimentar cosas nuevas, rodeando así su entorno de cosas y personas positivas, junto con un adecuado seguimiento y procedimiento terapéutico, lo cual ayudara a que la persona empiece a sentir nuevamente el deseo por vivir.

III.         FAMILIA DEL SUICIDA
En este punto, la familia del suicida cuando este ha realizado la acción muchas veces además de la tristeza sienten cierta rabia o enojo hacia la persona que ha decidido quitarse la vida, porque muchas veces no entienden que es lo que pudo haber ocasionado que en su momento sintiera que era la única opción. Es por esto que debemos considerarlos al momento de hacer su proceso de duelo, ya que a diferencia del duelo por muerte natural, se sienten con muchas más interrogantes, esto viene acompañado con la frustración por no poder haber cerrado círculos,  aclarado situaciones, o bien porque no han dejado en orden todo lo inconcluso que existía en su vida. De igual forma parece complicado porque acompañado de esto, vienen las culpas y los reproches acerca de lo que se pudo haber hecho por la persona o bien no se ha permitido realizar los ritos funerarios, por cuestiones ya sea religiosas, económicas, sociales, lo que termina generando que al no vivenciar esto pues las personas se nieguen al hecho de que la persona ha muerto, es por ello que el proceso de duelo se genera de manera distinta.

En caso de que la persona se haya encontrado en un proceso de enfermedad terminal y ha decidido suicidarse es más complejo, debido a que la familia además de lidiar con todo lo que se ha dicho anteriormente, también siente ira hacia la persona porque no logran entender como lejos de luchar por su vida ha optado por quitársela, para no enfrentar la situación,  además de que al dejar situaciones inconclusas (obligaciones sociales, económicas, morales) esto termina generando que la familia se sienta vulnerable, desamparada y gravemente afectada, lo que al final termina afectando  su manera de percibir la muerte y la forma en como manejan el duelo; Una situación como es el suicidio puede dejar tan dolida y herida a la familia, que terminan sintiendo rencor hacia el suicida y esto puede durar mucho tiempo lo que en ocasiones no permitirá que se vivencie el proceso de duelo.

Es de destacarse que la persona que realmente ha tomado la decisión de suicidarse generalmente NO AVISA… por lo que se consideran muertes repentinas o inesperadas.

Para las familias no es fácil hablar de la pérdida de un ser amado, más cuando este ha decidido súbitamente quitarse la vida, muchas veces sin dejar alguna explicación, lo cual dificulta aún más la aceptación de la muerte, si a esto le sumamos que muchas veces las personas que los rodean lejos de ayudar se la pasan hablando o criticando la forma en que la persona ha decidido su propia muerte, realmente genera  el sentimiento de culpa lo cual los llega a hacer sufrir más,  por lo que se sienten en total desconfianza de hablar acerca de este tema, o peor aun desafortunadamente lejos de enfrentar la perdida optan por negar en su totalidad lo que ha sucedido lo cual, a la larga afectara a la familia, ya que mientras algunos tal vez poco a poco van retomando su vida, otros se quedan estancados y con miedo a que esto pueda volverse a repetir; el papel del tanatólogo en este caso se vuelve primordial, lo más importante es lograr que la familia elabore su proceso de duelo, ya que con esto podrán sanar las heridas y resurgir a la vida, en el proceso es normal que la o las personas no hablen acerca de lo sucedido y que tal vez sugieran que ha sido otro el problema por lo cual han decidido buscar ayuda, es hasta que se sienten en confianza que la familia se atreverá a externar sus sentimientos, emociones y vivencias a partir del suicidio, lo que ira generando que ellos mismos sin darse cuenta empiecen a vivenciar su duelo.

Como tanatólogo también podemos ayudar a prevenir el suicidio, cuando dan algún diagnóstico de enfermedad terminal o bien cuando la persona ha muerto,  es importante que se lleve a cabo adecuadamente el proceso de duelo, sino esto generara en la persona el deseo de morir o bien que intente quitarse la vida, es por esto que se insiste en que en cuanto exista este tipo de situaciones se recurran a profesionales, esto con la finalidad de hacer entender a la persona o a la familia que lo que están pasando es parte de un proceso, la enfermedad no necesariamente tiene que ser dolorosa, siempre y cuando se auxilien de recursos como los Cuidados Paliativos o bien la compañía de un psicólogo/tanatólogo el cual los auxilie para saber manejarse en esta situación, por su lado la muerte es parte de un proceso natural en el cual si existe un proceso y manejo adecuado del duelo ayudara a que la persona o familia con el paso del tiempo pueda sentirse capaz de volver a vivir.

Por otra parte como sociedad, parece que no entendemos el suicidio o bien nuestra primera impresión es que la persona que se suicida es cobarde, esto se debe a que muchas veces la falta de información genera ideas erróneas de lo que puede ser o puede llevar a una persona al suicidio, muchas veces es común que juzguemos a la familia y a la persona, sin embargo debemos ponernos a pensar que realmente cada cabeza es un mundo y aunque muchas veces se cuente con el amor, el apoyo, la familia, el trabajo, las amistades, el dinero… etc. Esto no garantiza que como seres humanos nos sintamos bien con nosotros mismos; Desde mi perspectiva como sociedad nosotros también generamos el suicidio ¿Cómo? Criticando, Devaluando, Haciendo menos, Discriminando, Juzgando… en ocasiones generando ideas o conceptos erróneos de lo que es la felicidad, el amor, la familia, entre otros… ya que mucha gente llega a sentirse tan frustrada por no alcanzar los estándares que la misma sociedad nos impone que cuando menos lo ven se cansan de dicha situación o más de una vez pasa por su cabeza que lo mejor que puede llegar a sucederles es la muerte, es por ello que pienso que si nosotros mejoráramos como sociedad, podríamos prevenir el suicidio; Un tanatólogo podría en este caso ayudar a concientizar a la sociedad acerca de los alcances que pueden llegar a tener las exigencias que nosotros mismos imponemos, impartiendo talleres para saber más acerca del suicidio, los problemas sociales que nos afectan actualmente, como podemos ayudar a la familia que ha estado vivenciando la perdida por suicidio o bien creando grupos de apoyo que auxilien a estas familias, para que ellas mismas después puedan ser un motor de cambio, y se atrevan a contar su experiencia a fin de que los demás conozcan factores de riesgo que pueden llevar a una persona al suicidio.

Por último el tanatólogo no solo ayuda al buen morir sino que también puede auxiliar a las personas que sufren por la muerte de alguien en este caso por causa del suicidio, ya que poco a poco lograra que la familia o la persona allegada a la cual ha afectado la muerte, entienda a esta como parte de la vida misma, no es fácil y tampoco será a la primera sino con el paso del tiempo y con el manejo de técnicas y recursos que ayuden a reforzar los niveles de comunicación, amor, relaciones interpersonales/familiares, ellos mismos se sentirán capaces de seguir con su vida, recordándoles que en realidad en este momento solo es una ausencia momentánea y que mientras mantengan a la persona que se ha ido es su mente y corazón realmente siempre seguirá estando no a nivel físico pero si espiritual.





Se recomienda leer:
¿Cómo enfrentar la muerte? Tanatología. Instituto Mexicano de Tanatología Ed. Trillas. 2012

Guía sobre la prevención del suicidio para personas con ideación suicida y familiares. Servicios Andaluz de Salud. 2010

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