“El suicidio lejos de negar la voluntad, la afirma enérgicamente. Pues
la negación no consiste en aborrecer el dolor, sino de los goces de la vida. El
suicida ama la vida; Lo único que pasa es que no acepta las condiciones en que
se le ofrece.”
Arthur Schopenhauer
El suicidio en años recientes
parece haber tomado una relevancia importante para la sociedad mexicana, ya que
se han ido incrementado considerablemente, hasta el punto de que actualmente
podemos hablar que es la segunda causa de muerte en nuestro país, el INEGI
calcula que ha existido un incremento de 1990 a 2012 de un 114%; Este fenómeno
afecta a hombres y mujeres de todas las edades pero principalmente a
adolescentes contemplados en edades que van de los 15 a los 19 años; Podríamos
traducir que este incremento se ha debido a que desafortunadamente parece que
día a día surgen nuevas circunstancias que parecen llevar a tomar esta decisión
entre los motivos que pueden encontrarse, van desde las enfermedades mentales,
diagnósticos de enfermedades crónicas, problemas sociales, muerte de un ser
querido entre otros, aunque es de destacarse que ahora estas ideaciones no solo
son de adolescentes o adultos exclusivamente sino que hoy en día se ha vuelto
común escuchar de niños que tienen pensamientos o comportamientos suicidas,
intentos de suicidio o bien han logrado consumarlo; Un dato importante en
América Latina las tres principales causas de suicidio son las enfermedades
incapacitantes (se incluyen las crónicas y terminales y también la discapacidad
total o parcial por accidentes), las decepciones amorosas y los problemas
financieros; las formas de suicidio más común son el ahorcamiento,
envenenamiento, la precipitación y la muerte por arma de fuego; Es por ello que
parece importante ponerles mucha atención a las personas que nos rodean ya que
todos somos suicidas en potencia, solo que para algunos las circunstancias que
los rodean los afectan de tal manera que los llevan a tomar esta decisión; Es
un tema demasiado complejo ya que parece que aún se maneja como un tabú, porque
muchas personas prefieren negar que existe este problema cuando en realidad lo
que podemos hacer para prevenir o ayudar a las familias que ya han vivido esto,
se encuentra en nuestras manos.
Antes de abordar a fondo el papel
del tanatólogo parece de vital importancia tocar 3 puntos:
I. MEDIDAS INMEDIATAS.
Si nosotros llegamos a detectar a
un posible suicida, ya sea familiar, amigo, vecino, compañero, lejos de tratar
de “convencerlo” u “orientarlo acerca de lo que está pensando, puede que
lleguemos a potenciar más su intención de hacerlo es por ello que se recomienda
resguardar primordialmente y ante todo su INTEGRIDAD FISICA, dando aviso a las
personas cercanas para que puedan estar al pendiente y señalar que en estos
casos NUNCA SE DEBE DEJAR SOLO/A, a la
persona aun en contra de su propia voluntad debido a que corren riesgo de
realizar acciones que lo perjudiquen, tomadas estas medidas es que hemos de
solicitar la ayuda de un psicólogo o en casos que lo requieran de un
psiquiatra.
Las ideaciones suicidas pueden
venir acompañadas de algunas acciones en las que la persona se haga daño, lo
cual en este caso podríamos tomar como un foco de atención para estar más al
pendiente de la persona en cuestión; sin
embargo debemos aclarar que en algunos casos como podrían ser pacientes
psiquiátricos o que estén asistiendo a terapia psicológica, aunque mencionen
esto, no han hecho nada que los afecte o
bien lo toman como una forma efectiva de llamar la atención de las personas que
les rodean.
II. PREVENCIÓN DEL SUICIDIO
Parte para la prevención del
suicidio, es brindar una educación
emocional adecuada y la concientización social; Los factores de riesgo pueden
ser varios entre ellos, cutting, bullying, moobing, racismo, discriminación
sexual, de género, necesidades especiales, adicciones, violencia familiar,
exigencias laborales, problemas económicos, decepción amorosa y enfermedad
terminal.
La mejor manera de prevenir, es
sin duda la observación directa de la familia, pero ¿Cuáles son las
características o perfil del suicida?
Se encuentra en un estado
profundo de tristeza, desesperanza, ansiedad, por lo regular es común que
expresen en algún momento su deseo de morir, ha buscado más de una forma de
hacerse daño (medicándose, utilizando algún objeto punzocortante, arma de fuego
o de alguna otra manera), siente furia, enojo, ha actuado de forma impulsiva o
se involucra en actividades peligrosas, aumentan el consumo de sustancias
(Alcohol, Drogas), se aísla poco a poco de familia, amistades, actividades…,
puede que tenga problemas para dormir (Insomnio) o que duerma demasiado, a
veces experimentan cambios bruscos de ánimo o comportamiento, sienten que han
perdido la razón para vivir, ha empezado a regalar sus cosas o a despedirse de
las personas que le rodean; Estas son solo algunas de las características que
podemos notar en la persona suicida.
Si tememos por la integridad de
algún familiar ¿Cómo ayudarlo? Psicoterapia, Talleres o involucrándolo en
actividades que le resulten interesantes como podría ser deporte, artes, baile,
ejercicio, meditación, invitarlo a experimentar cosas nuevas, rodeando así su
entorno de cosas y personas positivas, junto con un adecuado seguimiento y
procedimiento terapéutico, lo cual ayudara a que la persona empiece a sentir
nuevamente el deseo por vivir.
III. FAMILIA DEL SUICIDA
En este punto, la familia del
suicida cuando este ha realizado la acción muchas veces además de la tristeza
sienten cierta rabia o enojo hacia la persona que ha decidido quitarse la vida,
porque muchas veces no entienden que es lo que pudo haber ocasionado que en su
momento sintiera que era la única opción. Es por esto que debemos considerarlos
al momento de hacer su proceso de duelo, ya que a diferencia del duelo por
muerte natural, se sienten con muchas más interrogantes, esto viene acompañado
con la frustración por no poder haber cerrado círculos, aclarado situaciones, o bien porque no han
dejado en orden todo lo inconcluso que existía en su vida. De igual forma
parece complicado porque acompañado de esto, vienen las culpas y los reproches
acerca de lo que se pudo haber hecho por la persona o bien no se ha permitido
realizar los ritos funerarios, por cuestiones ya sea religiosas, económicas,
sociales, lo que termina generando que al no vivenciar esto pues las personas
se nieguen al hecho de que la persona ha muerto, es por ello que el proceso de
duelo se genera de manera distinta.
En caso de que la persona se haya
encontrado en un proceso de enfermedad terminal y ha decidido suicidarse es más
complejo, debido a que la familia además de lidiar con todo lo que se ha dicho
anteriormente, también siente ira hacia la persona porque no logran entender
como lejos de luchar por su vida ha optado por quitársela, para no enfrentar la
situación, además de que al dejar
situaciones inconclusas (obligaciones sociales, económicas, morales) esto
termina generando que la familia se sienta vulnerable, desamparada y gravemente
afectada, lo que al final termina afectando
su manera de percibir la muerte y la forma en como manejan el duelo; Una
situación como es el suicidio puede dejar tan dolida y herida a la familia, que
terminan sintiendo rencor hacia el suicida y esto puede durar mucho tiempo lo
que en ocasiones no permitirá que se vivencie el proceso de duelo.
Es de destacarse que la persona
que realmente ha tomado la decisión de suicidarse generalmente NO AVISA… por lo
que se consideran muertes repentinas o inesperadas.
Para las familias no es fácil
hablar de la pérdida de un ser amado, más cuando este ha decidido súbitamente
quitarse la vida, muchas veces sin dejar alguna explicación, lo cual dificulta
aún más la aceptación de la muerte, si a esto le sumamos que muchas veces las
personas que los rodean lejos de ayudar se la pasan hablando o criticando la
forma en que la persona ha decidido su propia muerte, realmente genera el sentimiento de culpa lo cual los llega a
hacer sufrir más, por lo que se sienten
en total desconfianza de hablar acerca de este tema, o peor aun
desafortunadamente lejos de enfrentar la perdida optan por negar en su totalidad
lo que ha sucedido lo cual, a la larga afectara a la familia, ya que mientras
algunos tal vez poco a poco van retomando su vida, otros se quedan estancados y
con miedo a que esto pueda volverse a repetir; el papel del tanatólogo en este
caso se vuelve primordial, lo más importante es lograr que la familia elabore
su proceso de duelo, ya que con esto podrán sanar las heridas y resurgir a la
vida, en el proceso es normal que la o las personas no hablen acerca de lo
sucedido y que tal vez sugieran que ha sido otro el problema por lo cual han decidido
buscar ayuda, es hasta que se sienten en confianza que la familia se atreverá a
externar sus sentimientos, emociones y vivencias a partir del suicidio, lo que
ira generando que ellos mismos sin darse cuenta empiecen a vivenciar su duelo.
Como tanatólogo también podemos
ayudar a prevenir el suicidio, cuando dan algún diagnóstico de enfermedad
terminal o bien cuando la persona ha muerto,
es importante que se lleve a cabo adecuadamente el proceso de duelo,
sino esto generara en la persona el deseo de morir o bien que intente quitarse
la vida, es por esto que se insiste en que en cuanto exista este tipo de
situaciones se recurran a profesionales, esto con la finalidad de hacer
entender a la persona o a la familia que lo que están pasando es parte de un proceso,
la enfermedad no necesariamente tiene que ser dolorosa, siempre y cuando se
auxilien de recursos como los Cuidados Paliativos o bien la compañía de un
psicólogo/tanatólogo el cual los auxilie para saber manejarse en esta
situación, por su lado la muerte es parte de un proceso natural en el cual si
existe un proceso y manejo adecuado del duelo ayudara a que la persona o
familia con el paso del tiempo pueda sentirse capaz de volver a vivir.
Por otra parte como sociedad,
parece que no entendemos el suicidio o bien nuestra primera impresión es que la
persona que se suicida es cobarde, esto se debe a que muchas veces la falta de
información genera ideas erróneas de lo que puede ser o puede llevar a una
persona al suicidio, muchas veces es común que juzguemos a la familia y a la
persona, sin embargo debemos ponernos a pensar que realmente cada cabeza es un
mundo y aunque muchas veces se cuente con el amor, el apoyo, la familia, el
trabajo, las amistades, el dinero… etc. Esto no garantiza que como seres humanos
nos sintamos bien con nosotros mismos; Desde mi perspectiva como sociedad
nosotros también generamos el suicidio ¿Cómo? Criticando, Devaluando, Haciendo
menos, Discriminando, Juzgando… en ocasiones generando ideas o conceptos
erróneos de lo que es la felicidad, el amor, la familia, entre otros… ya que
mucha gente llega a sentirse tan frustrada por no alcanzar los estándares que
la misma sociedad nos impone que cuando menos lo ven se cansan de dicha
situación o más de una vez pasa por su cabeza que lo mejor que puede llegar a
sucederles es la muerte, es por ello que pienso que si nosotros mejoráramos
como sociedad, podríamos prevenir el suicidio; Un tanatólogo podría en este
caso ayudar a concientizar a la sociedad acerca de los alcances que pueden llegar
a tener las exigencias que nosotros mismos imponemos, impartiendo talleres para
saber más acerca del suicidio, los problemas sociales que nos afectan
actualmente, como podemos ayudar a la familia que ha estado vivenciando la
perdida por suicidio o bien creando grupos de apoyo que auxilien a estas
familias, para que ellas mismas después puedan ser un motor de cambio, y se
atrevan a contar su experiencia a fin de que los demás conozcan factores de
riesgo que pueden llevar a una persona al suicidio.
Por último el tanatólogo no solo
ayuda al buen morir sino que también puede auxiliar a las personas que sufren
por la muerte de alguien en este caso por causa del suicidio, ya que poco a
poco lograra que la familia o la persona allegada a la cual ha afectado la muerte,
entienda a esta como parte de la vida misma, no es fácil y tampoco será a la
primera sino con el paso del tiempo y con el manejo de técnicas y recursos que
ayuden a reforzar los niveles de comunicación, amor, relaciones
interpersonales/familiares, ellos mismos se sentirán capaces de seguir con su
vida, recordándoles que en realidad en este momento solo es una ausencia
momentánea y que mientras mantengan a la persona que se ha ido es su mente y
corazón realmente siempre seguirá estando no a nivel físico pero si espiritual.
Se recomienda leer:
¿Cómo enfrentar la
muerte? Tanatología. Instituto Mexicano de Tanatología Ed. Trillas. 2012
Guía sobre la
prevención del suicidio para personas con ideación suicida y familiares.
Servicios Andaluz de Salud. 2010
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