martes, 25 de agosto de 2015

La mecánica defensiva del personaje psicópata en sus relaciones objétales: su formación, expresión y relación con el narcisismo

“Las fantasías inconscientes están siempre presentes y siempre activas en todo individuo, existiendo desde el comienzo de la vida, es una función del Yo”

Melanie Klein



Como es natural a la fecha no existen textos que nos hablen exclusivamente de la psicopatía, además de que no existe absoluta unanimidad entre los diversos autores que se han ocupado de esta cuestión,  no obstante si rescatamos lo necesario como para desglosar este tema….comenzamos!

   La génesis de la personalidad psicopática, se deriva de un trastorno de los mecanismos de disociación (debilidad del “yo”, insuficiente discriminación entre buenos y malos objetos, así como entre el “sí mismo”), identificación proyectiva e identificación introyectiva (términos más adelante desarrollados), íntimamente unidos a las ansiedades propias de la posición esquizoparanoide (ocurre en la primera infancia), terminología empleada desde la jerga clínica de Melanie Klein. La excesiva o inadecuada utilización de estos mecanismos da lugar a una organización narcisista de la personalidad y una forma patológica de relaciones de objeto posteriores que, constituyen la clave del comportamiento psicopático, barnizadas por defensas maniacas frente al dolor y culpa por la pérdida de objeto, de modo tal que la actitud frente al objeto es fundamentalmente controladora, voraz (asociado con la incorporación canibalistica)  y envidiosa, con identificación del “self” (si mismo) y del “objeto” 


   Profundizando más en lo que refiere a disociación (mecánica defensiva) recordemos que en nuestros primeros 4 meses de vida se produce una doble disociación necesaria a fin de que el “yo” pueda hacer frente a la ansiedad primaria surgida del instinto de muerte y asociada con el primer objeto (madre); por un lado el objeto bueno y protector, y por el otro el objeto malo y perseguidor; además de que la disociación constituye la base de la capacidad de discriminar entre lo conveniente y lo peligroso, lo que pertenece al propio organismo y lo que es ajeno a él (juicio de realidad). Aterrizando a la personalidad psicópata, esta presenta una regresión a esta posición esquizoparanoide en proporción directa a la fuerza de las fijaciones 

   Conocemos que la proyección es un mecanismo que permite al “yo” liberarse de la ansiedad provocada por el instinto de muerte al desplazarlo al exterior como lo denomina Freud. Puesto a que la agresividad (asociado al objeto malo) forma parte del funcionamiento adecuado del aparato psíquico, este abandono de componente agresivo y su proyección en el objeto en el (no en el “self”) conlleva a un empobrecimiento del “yo” cuando se efectúa con excesiva intensidad, desatándose así conductas instintivas psicopáticas. Por otro lado el “yo” proyecta también en el objeto aspectos amorosos pero si es demasiado intensa el “yo” se debilita ya que tales aspectos se colocan en el objeto quedando este convertido en inaccesible ideal. Naturalmente cuanto más debilitado está el “yo” por la excesiva disociación e identificación proyectiva, más incapaz es de asimilar los objetos buenos internalizados, y, por lo tanto, se sentirán, en lugar de protegido, dominado y perseguido por ellos, muy independiente de que sea aspectos eróticos o agresivos
     


   La introyección de un objeto gratificador ayuda al “yo” a superar temores (reparación)persecutorios y a tolerar sus propios impulsos destructivos, con lo que ya no será tan necesario proyectarlos al exterior. Por el contrario, la introyección de un objeto hostil y frustrante, refuerza la necesidad de disociación en el interior del “yo” y la de proyectar impulsos agresivos y de destrucción (son  denominados rasgos caníbales debido a que estos meses de vida prevalece la necesidad oral)

Según Kohut “la psicopatología narcisista, en esencia se deriva de la falta traumática de la función materna empática y la falta de desarrollo no perturbado de los procesos de idealización” (Kohut citado en “Trastornos graves de la personalidad”; Otto Kernberg, 2011, pag:163); que se traduce en una fijación al nivel del “sí mismo” grandiosos arcaico infantil, y una búsqueda interminable del autoobjeto idealizado que se necesita para completar la formación de la estructura, todo lo cual está reflejado en las transferencias (deposito afectivo del paciente hacia el terapeuta: terapia) narcisistas en un proceso terapéutico así como en sus relaciones de objeto parasitarias 


Rosenfeld refiere: “las personas narcisistas han introyectado de forma omnipotente un objeto parcial, primitivo, totalmente nuevo y/o han proyectado en forma omnipotente su propio sí mismo “hacia dentro””  negando así cualquier diferencia o separación entre el sí mismo y el objeto" (Rosenfeld citado en “Trastornos graves de la personalidad”; Otto Kernberg, 2011, pag:159). De ahí que tengan una imagen altamente idealizada, son sujetos que niegan cualquier cosa que interfiera con esta imagen (su propia imagen), una negación de cualquier necesidad de dependencia de un objeto externo; la dependencia implicaría la necesidad de un objeto amado (el psicópata no tiene entre su amplio vocabulario esta terminología) y potencialmente frustrante que también es intensamente odiado con un odio en forma de extrema envidia (la envidia es la expresión intrapsiquica primaria del instinto de muerte, manifestación más temprana de la agresión en el dominio de la relaciones objétales)


   Por otro lado sabemos que el antecedente de la psicopatía son las denominadas tendencias antisociales (expresiones comunes en la adolescencia del psicópata) las cuales van de la mano con una falta de integración de funciones normales del superyó y también con la falta de desarrollo de una capacidad modulada para las reacciones depresivas; es decir, predomina la acción sobre el pensamiento por déficit de la simbolización, el principio del placer sobre el principio de realidad (a principio de realidad nos referimos no a alucinaciones o delirio, sino más bien se explica, por la falta de concebir consecuencias de los actos, que en una persona normal se define como realidad de la situación) de forma que las capacidades del “yo” se utilizan para liberarse instantáneamente del sufrimiento ocasionado por la más mínima frustración. También se observa marcadamente el manejo de las personas, a las que convierte en depositarias de los conflictos internos  



  Por lo anterior concluimos que los trastornos de disociación, así como la disarmonia entre la proyección e introyección unidos a la negación, idealización y omnipotencia, conducen a graves perturbaciones en el desarrollo del “yo” y de las relaciones objétales, que serán más tarde la base de alteraciones y más tarde a comportamientos psicopáticas. De  ahí que la gran frecuencia con la que los psicópatas se las arreglan para producir conflictos, fricciones en su medio ambiente con el resultado de sufrir hostilidad o castigo por parte de los demás, se haya motivada por la necesidad de proyectar los malos objetos interiorizados al mundo externo, a fin de evitar la persecución interna y el sentimiento de culpa



No te olvides de seguir la secuencia de estas publicaciones que llevan como tema central "la personalidad psicopata"; y permite a tu "si mismo" reparar no destruir... 

Referencias Bibliogaficas:
*H. Stack Sukkivan. “La entrevista psiquiátrica”. Editorial Psique. Nicaragua; Buenos Aires.1982 
*Fenichel, O. (1995). Teoría Psicoanalítica de la Neurosis. México, D.F: Paidós
*Otto Kernberg. “Trastornos graves de la personalidad”. Manual moderno. Abril, 2011
*Melanie Klein. “El psicoanálisis en niños”. Paidós. 
* Melanie Klein. “Envidia y Gratitud”. Paidós. 1946
* Melanie Klein. “Amor, culpa y reparación”. Paidós. 1921


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